Ser madres y padres: manual de supervivencia

No nos agobiemos, no los agobiemos

Desde el mismo momento en el que nacen, son portadores de vuestro pasado ya que tienen el nombre de su abuela o el nombre de su tío. Esa esencia que perdura en ellos los hace especiales. A día de hoy, las madres y padres han ido mejorando ya que son más democráticos con sus hijos/as.Afortunadamente se han ido abandonando ciertos estereotipos que frenaban la igualdad entre padres y madres como por ejemplo el que el hombre no pudiese cambiar pañales o empujar el cochecito.

No obstante, siguen habiendo problemas. Muchos padres tratan de complacer a sus hijos dándoles todo lo que pidan. Por otro lado, están los padres que se aterrorizan cuando sus hijos no se desarrollan como los demás y no tardan ni un segundo en compararles y evaluarles. Antes que nada, conviene que sepáis que no existe el hijo soñado, al igual que los hijos deben aprender a aceptar los defectos de sus padres.

Que no cunda el pánico, a continuación vamos a relatar ciertas claves para mejorar la relación con tu hijos:

1. Un ejemplo vale más que mil palabras:

Los padres y educadores actuáis como modelos, por ello lo se les exige lo debéis cumplir vosotros. Debéis construir con ellos los hábitos correctos para que poco a poco vayan responsabilizándose.

2. Escúchale:

Al comunicaros con vuestros hijos, lo conoceréis mejor y les estaréis brindando un espacio para que se expresen. Se sentirán comprendidos y escuchados.

3. Disciplina sin amenazas:

Les tenéis que coomunicar que si no hacen lo que le habéis pedido habrán consecuencias ( por ejemplo: no podrán salir a jugar o al cine con sus amigos ). Deben comprender que sus sentimientos no son el problema sino su mala conducta.

4. Déjale experimentar:


Muchos de vosotros /as tenéis miedo de que se equivoquen, se caigan o tomen malas decisiones. No obstante, tenéis que dejarles que lo experimenten, estaréis ahí cuando se caigan para cuidar de ellos. Eso si, sin caer en la sobreprotección ya que de esta manera estáis reflejando vuestros miedos y no los suyos.

5. No le compares:

Es importante que no generalicemos sus conductas y eliminemos las comparaciones con otros niños, hermanos o primos. Vuestros hijos son únicos y no merecen este trato. Es importante, corregir las conductas desadaptativas y reforzar las conductas que realizan correctamente. De esta manera, les ayudaremos a construir su autoestima y como bien sabéis el apoyo afectivo es esencial.

6. Reconoce tus errores

Como padres también podéis cometer errores y no por ello seréis peores educadores/as. En este caso, disculparse es una buena opción y les demostraréis a vuestros hijos que sois humanos y que no hay que tener miedo a equivocarse y disculparse.

7. No eres su amigo/a:

Aunque se fomente un clima de confianza, no sois sus amigos. La relación padre/madre con hijo/a no es de igual a igual. El progenitor se halla en un escalón superior, tenéis más poder que ellos y les podéis brindar una protección, cuidados y normas. Es importante que tengais en cuenta que buscar la aporobación de vuestros hijos puede ser peligroso ya que podéis perder su confianza y la autoridad. El mejor progenitor no es el que cede y no enseña, sino el que educa y ayuda a su hijo a desarrollarse como individuo.

8. Ayúdale a expresar sus emociones:

Ellos también se entristecen o se preocupan. Es esencial que les ayudemos a poner nombre a sus emociones y que comprendan porque se sienten así. De esta manera contribuímos a que aprendan a autorregularse.

La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón. Howard G. Hendricks


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